miércoles, 27 de junio de 2018

MURIEL ANGULO

Tendrás que matarme para vencerme 




Tendrás que matarme para vencerme. Collage sobre cartón 2012-2017. Museo San Pedro, Sala Coro, Cartagena 2017



 El arte abstracto es para los pájaros, decía Picasso. Y es que vista desde el cielo, Cartagena luce irrealmente bella. El mar Caribe que bordea la ciudad amurallada, la blanca mancha de edificios que navega sobre el mar, el cielo azul con sus atardeceres que parecen predestinados solo para ella. Pero si cerramos un poco los ojos y hacemos foco para mirar mas claramente su belleza, vemos al cerro de la Popa saliendo desde adentro para mirar el mar y despertamos de nuestro sueño al descubrir a miles de cartageneros expulsados de sus tierras ancestrales caminando loma arriba para sembrar su casa, mientras la Ciénaga de la Virgen agoniza putrefacta, invadida por casitas apiñadas, manglares moribundos, basuras y desperdicios. Del otro lado, los blancos edificios, flotan sobre la indiferencia de sus blancos dueños.