Queridas colegas de empute, ayer hicieron falta en Cartagena. Me reí tanto en la GRAN inauguración del regional corrosivo, pues imagínense que las Meninas Emputás se colaron por obra y gracias de Alberto Enrique Sierra. Como les parece que nos puso al final de su historieta, como quien anuncia la segunda parte de La Camaleónica comedia. ¡Agárrate!.
Y en los pasillos me decían, “sabemos que estás aquí para hacer el informe”, de repente me sentí clandestina, una espía y que tenia una misión. Creo que ya me estaba dejando influenciar por el Gran Camaleón, ¡ese desgraciao!. Un día de estos me voy a desquitar. Pero nada, fui con ilusión, ¡¿aha?!, genial ver lo que están haciendo los artista del caribe. Pero que duro golpe Meninas! es muy triste constatar que teníamos razón. Las críticas que hacemos al ministerio y su manera de administrar estos salones y sus recurso$, nuestra inconformidad ante el oportunismo e improvisación de la curaduría corrosiva son acertadas. ¡La situación es deprimente!. No es por nada que las que podemos nos vamos de aquí. Y esa es una herida que está ahí. Con indiferencia, el poder nos da la espalda y nos deja en manos de estas gentes que vienen acá a jugar a ser curadores, investigadores, montadores de exposiciones, productores de obras. Lo siento, anoche no tomé fotos de lo que les cuento, y es que no fui a eso. Me puse la camisa de coctel y los zapaticos de tacón par ir a festejar con los artistas, pero no se puede pasar derecho y quedarse una callada; obras muy mal iluminadas, otras mal puestas en los pasillos. Para darles un ejemplo, la delicadeza de obra de Quessep desaparece visualmente por completo, su instalación está hecha con casas de comején y las han puesto sobre la cuadricula del piso blanco y negro del corredor del tercer piso. ¡Error nefasto!
Algunos videos merecían ser proyectados en gran formato, queridas, ¡ni uno solo!. Por otro lado, en la sala del último piso las obras están apiñadas, con una contaminación visual y sonora que las perjudicaba a todas. El montaje de esta sala parece el trabajo de un principiante con poca sensibilidad. Cuando vayan, fíjense ahí donde está la obra de Fito Segrera, esa parte está fatal, para remate su obra interactiva estuvo DESENCHUFADA toda la noche!! Nadie pudo saber de qué se trataba. Les juro que me da dolor, me indigna y me emputa!. Si, el museo histórico pude ser un espacio difícil, no es un cubo blanco. Por su carga simbólica es un desafío interesante para cualquier curador y artista. Hay que contar con el contexto e integrarlo, pero de verdá! Sintiéndolo desde adentro. Es que tengo entendido que el curador no es de aquí y vive en Bogotá, ¿no? ¡eso no lo entiendo!. El ministerio que explique. Pero eso si, hay obras a las que se les da trato preferencial, eso se nota de una, como la propuesta de arte comprometido de Manuel Zuñiga, una sala para él solo, buena iluminación y producción, fotos y video. ¡ñerda! Pero si recuerdo bien, la pantalla estaba apagada. Va a tocar volver, de todas maneras ustedes saben como es la cosa en las GRANDES inauguraciones.
La nota bacana fue haber tenido la oportunidad de hablar con algunos artistas que no conocía y otros que hacía rato no veía. Sin embargo, mucha gente que faltaba anoche, los que se fueron, los que ya no creen, los invisibilizados. Recuerdo el griego que pasaba vendiendo sus galletas a mediodía y decía “¡¿Es que no me oyen o es que no me ven?!”. En esas estamos un poco.
¡Qué tristeza Meninas!. En estos casos indignarse es legítimo. Nuestro empute es justificado. En conclusión, la curaduría corrosiva se rajó. Hasta el ron se acabó antes de tiempo.
¡¡¿No les hablé de la mesa redonda de señores?!! Ahí también hay bastante tela par cortar.
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