MURIEL ANGULO
Tendrás que matarme para vencerme
Tendrás que matarme para vencerme. Collage sobre cartón 2012-2017. Museo San Pedro, Sala Coro, Cartagena 2017
Tendrás que matarme para vencerme. Collage sobre cartón 2012-2017. Museo San Pedro, Sala Coro, Cartagena 2017
Tendrás que matarme para vencerme, fueron las
palabras que un campeón de boxeo bolivarense le dijo a su rival antes de subir
al ring, como si de paso le estuviera recordando a la sociedad el verdadero
significado de su victoria. Y es que la exclusión y la pobreza extrema han
convertido a Cartagena en la segunda ciudad mas desigual de Colombia:
defenderse a puño limpio de la avaricia ajena y de los paraísos privados ha
sido un cotidiano acto de resistencia. A pesar de que la igualdad está
consagrada en nuestra constitución como un derecho inalienable, la gran mayoría
de la población aborigen y afrodescendiente sigue esperando que el sueño se
realice. Es por eso que la champeta, los picós, la tradición oral, la jerga
deslenguada, el cuerpo insolente, el baile atrevido, el arte y la búsqueda de
reconocimiento a través de la música y el deporte, se convierten en actos de
resistencia y rebeldía que a pesar de su contundencia quedan registrados como
eventos exóticos y reducidos a las secciones de diversión y entretenimiento por
unos medios de comunicación que discriminan mientras ocultan la responsabilidad
que tiene la clase blanca y privilegiada de Cartagena en la segregación y la
pobreza que asfixia la ciudad. No hay que olvidar que detrás de cada medio de
comunicación existen poderes económicos, políticos y sociales que vigilan paso
a paso la manera en que se construye la noticia, ejerciendo un perverso control
sobre el imaginario social de la ciudadanía.
Tendrás que matarme para vencerme. Collage sobre cartón 2012-2017. Museo San Pedro, Sala Coro, Cartagena 2017
Por eso es de vital importancia preguntarse: ¿De qué
manera y para quién informan los medios de comunicación en Cartagena? ¿Sobre
que se habla, qué noticias registran? ¿A quién, como, donde, por qué y para qué
se visibiliza o invisibiliza? ¿Cómo y a quién se nombra? ¿Por qué se ocultan
las causas históricas del hambre y la discriminación en la ciudad? ¿Por qué la
prensa escrita no le pone el cascabel al gato de la codicia inmobiliaria
culpable de los desplazamientos internos y de la expulsión de los verdaderos
dueños de los territorios ancestrales y afrodescendientes de la ciudad? ¿Por
qué se hacen los locos ante el negocio de la prostitución que se alimenta de la
pobreza, la desigualdad y la ignorancia? ¿Por qué las empresas turísticas no
invierten en en la ciudad de la cual se benefician? ¿A quiénes les conviene una
sociedad fragmentada, desinformada y subalterna? La acción de ocultar,
desinformar y manipular la compleja realidad cartagenera, poniéndola
perversamente al servicio de los oligopolios regionales, nacionales y
extranjeros, convierte a los medios de comunicación en cómplices de la
exclusión, la estratificación y el hambre que existe en la ciudad y en un club
privado que se alimenta de la “limpieza social” mediática que ellos mismos
generan, privilegiando el orden establecido y posicionando a la clase blanca,
social y economicamente poderosa, sobre los demás grupos raciales de la ciudad.
Tendrás que matarme para vencerme. Collage sobre cartón 2012-2017. Museo San Pedro, Sala Coro, Cartagena 2017
Cualquiera que abra desprevenidamente un periódico en
la Heroica, conocerá de primera mano la manera en que se construye el racismo
en una ciudad que es cruce de culturas y cuya población afrodescendiente y
aborigen carece de los mas mínimos derechos. Si queremos construir una sociedad
justa e incluyente, los medios de comunicación tendrán que abolir los métodos
históricamente utilizados en la fabricación del imaginario colectivo de los
cartageneros, un sistema discriminatorio que ha impulsado la división entre
blancos y negros, ricos y pobres en una suerte de apartheid camuflado, invisibilizando
procesos humanos y culturales, avivando la brecha social y propiciando la
ocupación neocolonial y centralista de nuestro territorio. Por eso, mientras
esto ocurre, debemos seguir dudando, desconfiando y leyendo entre líneas,
tratando de unir, vincular y relacionar todo aquello que las empresas de
comunicación muy habilmente ocultan, manipulan y fragmentan a su antojo.
Tendrás que matarme para vencerme. Collage sobre cartón 2012-2017.
Tendrás que matarme para vencerme es una propuesta
plástica que habla de la discriminación y resistencia de las poblaciones ancestrales
de Cartagena ante las agresiones de una sociedad blanca que destierra y
discrimina, apoyada por unos medios de comunicación que han servido de voceros
históricos a sus planes de segregación y exclusión. A partir de algunas
imágenes y textos tomados de la prensa escrita cartagenera y a través del
collage, construyo un territorio comanche, un espacio en disputa en donde hacen
vida diferentes fuerzas y narrativas que evidencian aquello que se oculta,
invisibiliza, fragmenta y manipula en la fabricación de la noticia, en
beneficio de aquellos que la financian y en detrimento de toda una población
que sufre las consecuencias de sus invisibilizaciones, vejámenes y atropellos.
Muriel Angulo
Noviembre de 2017
Tendrás que matarme para vencerme. Museo San Pedro, Sala Coro, Cartagena 2017. Entrada de la exposición.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario